Antes que nada habrá que contar el principio de todo.
Karupin es un gato peludo, peludo y esponjoso. De color café y cara oscura, imagino que es un Himalayo o un Birmano. Nunca, hasta el día de hoy, había podido tocarlo; es de esos gatos que miras y quieres manosear pero se escapan antes de que tan siquiera te les acerques, de esos con os que te agachas y con la mano intentas engañarlos de que les vas a dar algo o con los que empiezas a maullar, o al menos a intentarlo, fallidamente.
Si, Karupin tenía su grupo de amigos justo en el edificio del frente en la planta baja. Era un grupo de gatos muy extraños, uno era como Garfield; naranja con algunas rayas más oscuras, el tímido del grupo. El otro era negro y pequeño, así como una pantera que no creció más, era el único que se dejaba acariciar e incluso en ocasiones se acercaba sin que lo llamaras. El último era blanco y suave, como un pequeño oso polar, él era él como la “princesa” del grupo, siempre tan elegante y tan reservado.
El grupo era joven, los vimos desde pequeños, incluso uno de mis perros intento raptar a “Garfield”, no para comérselo, solamente le gustan los animales pequeños y como que siente que los tiene que cuidar.
Pues bien, no fue hasta que ellos crecieron que Karupin llego a esta parte de mi casa. En cuanto lo vimos mi familia entera lo bautizo como Karupin.
Karupin es un gato de una serie llamada Prince of Tennis, es el gato del personaje principal y bueno, solamente por su apariencia se gano ese nombre. La verdad es que no sabemos de dónde salió o donde vive solo llego un día y jamás dejo de aparecer.
Y bien, ahora que saben de dónde vino Karupin; han de saber que últimamente el cielo ha decidido caerse continuamente. Ya antes mi mamá nos había contado que Karupin estaba en el piso de arriba, esperando el momento indicado para entrar en mi casa o solamente a un lugar caliente.
El día de hoy, en un intento fallido de tirar el montón de basura que se ha juntado y para sacar a mis perros a hacer sus necesidades, Karupin hiso su aparición otra vez. Una vez que hubimos regresado, con la basura y los perros, y por primera vez toque a Karupin ¡¡Yey!! . Si, si, puede que exagere, pero siempre lo había querido hacer.
Todo iba bien hasta que Karupin se me encimo y me mordió el dedo. “¡¡Auch!!” dije mientras le daba un zape de aquellos, al fin no es mi gato. “Karupin me mordió” le dije a mi hermana cuando salió con un trapo para que se echara en él y no tuviera frio. “Pinshi” le dije yo muy enojada.
Después del altercado y de un rato de estar con él, subí las escaleras para ver donde planeaba mi hermana poner el trapo para que se echara. Mientras terminaba de subir las escaleras Karupin se paso justo frente a mi haciéndome casi tropezar y fue en ese momento en el que lo vi, en el suelo, “Cacas” dije mientras intentaba recuperar el equilibrio… Karupin había confundido su caja de arena con el pasillo del edificio, ¡Ah que Karupin!
Jamás había visto una de gato, aun que no es muy diferente a la de las iguanas, solo que pienso que los gatos no se intentan clonar a sí mismos.
Después de eso y un intento fallido de que Karupin entrara al mueble viejo donde planeábamos se quedara hasta que la lluvia pasara. Decidimos regresar a casa.
“Tu secas a los perros y yo limpio la popo” dijo mi hermana.
Una vez dentro tome una toalla y me dispuse a secar a mis perros. “¡¡Nooooo!!” grito mi hermana cuando intento salir de la casa. “¿Qué pasa?” pregunte secándole la pata a mi perro. “Karupin se quiere meter” dijo cerrando la puerta. Yo solamente reí y seguí con lo mío.
Cuando mi hermana pudo salir yo procedí a secar a mi otro perro. Fue entonces cuando escuche “Vete para allá Karupin, no te metas” dijo mi hermana aun fuera de la casa. “¿Se quiere meter?” Pregunte estúpidamente. “Si” dijo ella.
Entonces mi hermana cargo a Karupin, lo dejo en las escaleras y corrió para meterse a la casa. ¡Uff!, estuvo muy cerca.
Pero Karupin empujaba la puerta con sus patitas y con fuerza sobrenatural casi podía abrirla. Fue entonces que nos dimos cuenta de que… ¡Karupin había venido a matar a Pucci!
Pucci es mi conejo, es color gris con la puntito de los pelitos color blanco. Es un pucci asesino y sabemos muy bien que algún día gobernara al mundo, unirá fuerzas con la iguana y nos esclavizara a todos.
Si bien Karupin quería entrar por que tenia frio, sus intenciones se vieron muy claras cuando, con la pata, intento girar la perilla. Lo bueno es que ya no sirve. Así fue como el pánico entro en todos. No permitiríamos que Karupin llegara a Pucci, sin importar los sacrificios que habría de hacer, de eso estábamos todos seguros.
El momento fue oportuno, ya que mi hermana tenía que ir al dentista. “Llévatelo” le dije mientras se alistaba para salir. “Déjalo en el otro estacionamiento para que se vaya a su casa” dije, aun no sabiendo si venía de las casas que están a un lado de mi edificio o si venía de los edificios cerca de las bombas de agua.
Así pues mi hermana partió, llevándose a Karupin. En ese momento pudimos respirar en paz, Pucci estaba a salvo otra vez y yo empecé a escribir esta cosa.
Pero incluso ahora, mientras escribo todo esto. Puedo escuchar el maullar en el piso de arriba, resonando contra las paredes y en un intento de descubrir que era eso que hacia ruido. Lo vi… ¡¡¡Karupin regreso!!!No sabemos cuánto tiempo pase antes de que Karupin encuentre la manera de entrar a la casa, será ese día en el que el destino de todos recaiga en la iguana, defensora de los puccis del mundo… esperemos que ese día no llegue a un.
¿Fin?
Karupin es un gato peludo, peludo y esponjoso. De color café y cara oscura, imagino que es un Himalayo o un Birmano. Nunca, hasta el día de hoy, había podido tocarlo; es de esos gatos que miras y quieres manosear pero se escapan antes de que tan siquiera te les acerques, de esos con os que te agachas y con la mano intentas engañarlos de que les vas a dar algo o con los que empiezas a maullar, o al menos a intentarlo, fallidamente.
Si, Karupin tenía su grupo de amigos justo en el edificio del frente en la planta baja. Era un grupo de gatos muy extraños, uno era como Garfield; naranja con algunas rayas más oscuras, el tímido del grupo. El otro era negro y pequeño, así como una pantera que no creció más, era el único que se dejaba acariciar e incluso en ocasiones se acercaba sin que lo llamaras. El último era blanco y suave, como un pequeño oso polar, él era él como la “princesa” del grupo, siempre tan elegante y tan reservado.
El grupo era joven, los vimos desde pequeños, incluso uno de mis perros intento raptar a “Garfield”, no para comérselo, solamente le gustan los animales pequeños y como que siente que los tiene que cuidar.
Pues bien, no fue hasta que ellos crecieron que Karupin llego a esta parte de mi casa. En cuanto lo vimos mi familia entera lo bautizo como Karupin.
Karupin es un gato de una serie llamada Prince of Tennis, es el gato del personaje principal y bueno, solamente por su apariencia se gano ese nombre. La verdad es que no sabemos de dónde salió o donde vive solo llego un día y jamás dejo de aparecer.
Y bien, ahora que saben de dónde vino Karupin; han de saber que últimamente el cielo ha decidido caerse continuamente. Ya antes mi mamá nos había contado que Karupin estaba en el piso de arriba, esperando el momento indicado para entrar en mi casa o solamente a un lugar caliente.
El día de hoy, en un intento fallido de tirar el montón de basura que se ha juntado y para sacar a mis perros a hacer sus necesidades, Karupin hiso su aparición otra vez. Una vez que hubimos regresado, con la basura y los perros, y por primera vez toque a Karupin ¡¡Yey!! . Si, si, puede que exagere, pero siempre lo había querido hacer.
Todo iba bien hasta que Karupin se me encimo y me mordió el dedo. “¡¡Auch!!” dije mientras le daba un zape de aquellos, al fin no es mi gato. “Karupin me mordió” le dije a mi hermana cuando salió con un trapo para que se echara en él y no tuviera frio. “Pinshi” le dije yo muy enojada.
Después del altercado y de un rato de estar con él, subí las escaleras para ver donde planeaba mi hermana poner el trapo para que se echara. Mientras terminaba de subir las escaleras Karupin se paso justo frente a mi haciéndome casi tropezar y fue en ese momento en el que lo vi, en el suelo, “Cacas” dije mientras intentaba recuperar el equilibrio… Karupin había confundido su caja de arena con el pasillo del edificio, ¡Ah que Karupin!
Jamás había visto una de gato, aun que no es muy diferente a la de las iguanas, solo que pienso que los gatos no se intentan clonar a sí mismos.
Después de eso y un intento fallido de que Karupin entrara al mueble viejo donde planeábamos se quedara hasta que la lluvia pasara. Decidimos regresar a casa.
“Tu secas a los perros y yo limpio la popo” dijo mi hermana.
Una vez dentro tome una toalla y me dispuse a secar a mis perros. “¡¡Nooooo!!” grito mi hermana cuando intento salir de la casa. “¿Qué pasa?” pregunte secándole la pata a mi perro. “Karupin se quiere meter” dijo cerrando la puerta. Yo solamente reí y seguí con lo mío.
Cuando mi hermana pudo salir yo procedí a secar a mi otro perro. Fue entonces cuando escuche “Vete para allá Karupin, no te metas” dijo mi hermana aun fuera de la casa. “¿Se quiere meter?” Pregunte estúpidamente. “Si” dijo ella.
Entonces mi hermana cargo a Karupin, lo dejo en las escaleras y corrió para meterse a la casa. ¡Uff!, estuvo muy cerca.
Pero Karupin empujaba la puerta con sus patitas y con fuerza sobrenatural casi podía abrirla. Fue entonces que nos dimos cuenta de que… ¡Karupin había venido a matar a Pucci!
Pucci es mi conejo, es color gris con la puntito de los pelitos color blanco. Es un pucci asesino y sabemos muy bien que algún día gobernara al mundo, unirá fuerzas con la iguana y nos esclavizara a todos.
Si bien Karupin quería entrar por que tenia frio, sus intenciones se vieron muy claras cuando, con la pata, intento girar la perilla. Lo bueno es que ya no sirve. Así fue como el pánico entro en todos. No permitiríamos que Karupin llegara a Pucci, sin importar los sacrificios que habría de hacer, de eso estábamos todos seguros.
El momento fue oportuno, ya que mi hermana tenía que ir al dentista. “Llévatelo” le dije mientras se alistaba para salir. “Déjalo en el otro estacionamiento para que se vaya a su casa” dije, aun no sabiendo si venía de las casas que están a un lado de mi edificio o si venía de los edificios cerca de las bombas de agua.
Así pues mi hermana partió, llevándose a Karupin. En ese momento pudimos respirar en paz, Pucci estaba a salvo otra vez y yo empecé a escribir esta cosa.
Pero incluso ahora, mientras escribo todo esto. Puedo escuchar el maullar en el piso de arriba, resonando contra las paredes y en un intento de descubrir que era eso que hacia ruido. Lo vi… ¡¡¡Karupin regreso!!!No sabemos cuánto tiempo pase antes de que Karupin encuentre la manera de entrar a la casa, será ese día en el que el destino de todos recaiga en la iguana, defensora de los puccis del mundo… esperemos que ese día no llegue a un.
¿Fin?
No hay comentarios:
Publicar un comentario